jueves, 26 de enero de 2012

LAS TRIBUS PRECOLOMBINAS.


Los incas crearon uno de los más grandes imperios americanos a finales del siglo XV. Recopilaron muchas costumbres de otros pueblos andinos, asentados antes que ellos, como los toltecas. Se establecieron en la que sería su capital, Cuzco, aproximadamente en el año 1100 d.C., y su territorio llegó a expandirse desde Ecuador hasta Chile.

El mayor logro de esta cultura se halla en su sistema organizativo, político y administrativo.

La vida social giraba en torno al parentesco, (ayllu), que englobaba a grupos de personas que creían tener antepasados comunes. Dentro de estos ayllus, los individuos tenían la obligación de ayudarse en las labores diarias (ayni) y trabajar juntos por el bien común del grupo. Dentro de estos grupos de parentesco se establecían distintos repartos de poder, tanto para las celebraciones como para repartir tierras y trabajos.

Los incas realizaban sus intercambios, tanto de productos como de mano de obra, a través de estos ayllu, dado que no conocían el comercio ni la moneda.

El máximo gobernante era el Inca, al que se le pagaba tributo en forma de trabajo. Gracias a ello se elaboraron todas las creaciones de esta cultura. A su vez el gobernante pagaba al pueblo con fiestas periódicas, comida abundante, y un sistema de seguridad social que se encargaba del bienestar de viudas y enfermos, además de mantener en buen estado el patrimonio del pueblo.


La cultura maya se formó aproximadamente hacia el 1500 a.C. Su período de esplendor coincidió con el período clásico (300 y el 900 d.C.). En esta época se construyeron las grandes edificaciones mayas como Palenque, Tikal y Copán. Los centros maya fueron abandonados de forma misteriosa hacia el año 900 y algunos individuos emigraron al Yucatán, donde establecieron su centro en el norte de la península creando las ciudades de Chichén Itzá, Mayapán, y Uxmal.

El declive del imperio maya sigue suponiendo un enigma. Las ciudades vieron mermada su población hasta ir desapareciendo, y a la llegada de los españoles apenas quedaba en pie la costera Tulum. Hay varias teorías acerca de este colapso: guerras, sobreexplotación del ecosistema, sequías

prolongadas, superpoblación, rivalidades santuarias entre ciudades..., pero lo cierto es que es uno más de los misterios de la historia.

Los españoles conquistaron fácilmente a los grupos mayas que habitaban la región a s

u llegada, formados por unos 100.000 individuos, pero las últimas comunidades independientes no serían subyugadas por el imperio mexicano hasta 1901. Actualmente los mayas forman la mayoría de la población campesina en Yucatán y Guatemala.







FRANCISCO DE VITORIA


Francisco de Vitoria, fue un fraile dominico español. La fecha y el lugar de nacimiento son discutidos por diversas fuentes.

Ingresó en la orden de los dominicos en 1504, que ejerció gran influencia en su época y en años posteriores. Recibió desde niño una buena formación humanística.

La dignidad y los problemas morales de la condición humana fue el eje en torno al que se desarrolló su obra. Fue especialmente influyente por sus aportaciones jurídicas, aunque también tuvieron gran repercusión sus estudios sobre teología y sobre aspectos morales de la economía. Sus enseñanzas y métodos pedagógicos dieron su fruto en forma de numerosos teólogos, juristas y universitarios a los que bien enseñó directamente o bien se vieron influidos por sus teorías, formando la llamada Escuela de Salamanca.

Fue enviado a París, donde estudió artes y teología. Regresó a España en 1523 como profesor de teología en el colegio de san Gregorio de Valladolid, hasta que en 1526 obtuvo la cátedra de teología de Salamanca. Introdujo la Summa Theologiae de Tomás de Aquino como el libro de texto básico en teología. Puesto que en aquel entonces Salamanca era una de las universidades más prestigiosas de España y Europa.

Algunas de sus redacciones:

“Los indios tienen sus derechos a permanecer en su religión y a que nadie los coaccione físicamente para abrazar una fe distinta”.

“ El hombre tiene por naturaleza un derecho de sociabilidad y comunicabilidad natural, por el que puede recorrer las diversas regiones de la tierra y permanecer algún tiempo en ellas, sin que ninguna autoridad pueda impedírselo, si no causa perjuicio a esas regiones o a sus habitantes”.

“El hombre tiene derecho al libre comercio, es decir, a comerciar con otros hombres, aunque pertenezcan a una región o sociedad distintas de la suya, siempre que no haya perjuicio para éstas o para sus individuos”.